lunes, mayo 28

La parábola

hay un libro que se llama divisadero y que es de michael ondaatje, escritor sri lanco-canadiense, el mismo que escribió el paciente inglés, que by the way es uno de mis libros favoritos. divisadero lo leí cuando tuve amigdalitis y era bacán despertar y querer leerlo y no meterme a internet, no desayunar, no vegetar: leer. Divisadero empezaba con una historia y seguía con otra y después con otra más y finalmente terminaba con otra. las demás, con las que no terminaba, quedaban medio inconclusas, pero uno entendía finalmente que era así porque esas historias solo estaban ahí para preparar esa última historia, y esa última historia estaba ahí para preparar la última imagen
00:38 y que a veces hay que contar muchas historias antes de poder contar la que realmente se quiere

miércoles, mayo 9

Un hombre que no suda

Mi pololo es ventrílocuo, es decir, habla por el estómago. Y hace pausas que preocupan a la gente y no escribe tan bien, lo cual es un problema, pues significa que su mente es un caos y que lo desconozco por completo, al menos en la parte que comprende su cerebro. Nos conocimos en una sala de chat, a la que me metí porque tenía pena y necesitaba conocer a alguien. Necesitar. Por eso mismo, creo ahora, toleré sus incoherencias temáticas, que dijera “chomba” en vez de “chaleco” y que intentara conquistarme convenciéndome de lo bueno que era besando sin mover los labios. Si en ese momento alguien me hubiese apostado el helado en bolsita que me tomaba, diciéndome que no pasaría nada entre nosotros, yo hubiese perdido mi helado. Y, de paso, me hubiera muerto de sed y calor. Pero no había nadie interesado en mi devenir amoroso-virtual con un ventrílocuo. Soporté sus malos chistes y llevé la cortesía al máximo de sus posibilidades, deseando, en secreto, que preguntara mi nombre. Eso no pasó y, tengo la impresión, aún no sucede. Aunque quizás sí lo ha hecho, y yo, inexperto aún en la lectura de mensajes estomacales, he sido incapaz de descifrarlo. El ventrílocuo y yo. Ahora creo fervientemente en el ensayo y error como método para alcanzar la perfección: así ha sido todo con él. Después de varios megabytes de relación, puedo asegurar, sin duda alguna, que yo lo seleccionaría en cualquier casting, oye, ¡en cualquiera!, excepto para el del mejor acompañante de robos de supermercados, pues su rígida moral le impide llevar a cabo cualquier boicoteo contra el capitalismo. Bueno, tampoco lo seleccionaría en un casting para el más respetuoso del silencio, pues no para de hacer ruiditos con su estómago; habla pedos, tal vez. Reconozco, sí, que su verborrea gastrointestinal puede estar motivada por mi constante y demencial indiferencia. Me ha sido difícil comunicarme con él. Es más, nunca le pregunté por qué entró al chat ese día. Y a esa hora.

lunes, febrero 27

Hoy día me ocurrió algo

Soñé. Soñé: que el mar se reflejaba en el cielo y que podía ver la silueta de una tortuga de mar (que, sospecho, o, al menos en mi sueño, era como una tortuga de tierra, pero en el mar) desplazándose en el cielo, solo eso, la silueta de una tortuga moviéndose en el cielo. Yo llamaba a alguien para compartir mi avistamiento. No sé a quién, da lo mismo. Luego había más siluetas de especies. Era muy bacán hasta que. Hasta qué. Hasta que aparecía una animadora de matinal, en medio de todo ese cielo de agua, para promocionar un nuevo detergente. Y ya no fue tan bacán y quise dejar de ser el espectador.

jueves, octubre 20

¡Paf!

Creaste un tiempo alternativo
en el que el pasado y el futuro
se ahogaron ante el peligro de derrumbe
anunciado en el instante mismo
de nuestro primer hola-hola.

El presente se hizo ancho
y cubrió todas las dimensiones
de aquella (¿de esta?)
incipiente imposibilidad.

Nos mezlcamos demasiado, cariño,
y en medio de tanta fábula,
omitimos algunas informaciones
y algunas perplejidades.
Nos engañamos, en definitiva:
fuimos una idea frente a otra,
clamando un poquito más de realidad.

La armonía se agrietó y, entonces,
el pasado y el futuro se asomaron
violando su promesa de no resucitar.
No nos quedó más que morirnos de miedo
y suplicarnos olvido...
que suplicarnos un ¡¡paf!!,
volvernos definitivos
a
ca
ba
dos.


Pero, la verdad, es que mi olvido
no tuvo la suficiente voluntad
y fue un rival débil contra ti,
contra la idea de ti.
El tuyo, en cambio, fue violento y tenaz;
se maquilló a la perfección
y fue excesivamente cool
para una realidad tan gris.
Sacó aplausos.

Me repito, sabes,
que no vales ni la pena
ni las escenas imaginarias,
porque en una escala de tú a mí,
son tan infinitos y espantosos los vacíos,
que me han impedido pensarte
de carne y hueso,
de manos juntas
para pasar el frío.

sábado, agosto 27

Volver (a baja escala)

Suspendí ese mundo virtual que cimentaste
Y me suspendí a mí mismo
En medio de tanta virtualidad

Antes, tomaste la forma de la compañía
Fuiste una infinita fila de banco
Huraña y abierta a las posibilidades
De la espera
Expandible y en constante simulacro
Alejando y acercando la caja de pago y
Pintando torpemente el rostro
De los hombres de la fila

Por momentos, fuiste un vaivén violento
Que perturbó el todo y sus partes
Un viento pesado, como de invierno
Que recorrió mi espalda
Sin dejar de anunciar
Su condición menguante

Te vas en marea baja,
Y yo soy el pescador
Que empieza a dejar que crezca su barba
Y que va al bazar a comprar una pipa con estilo
Para fumar de espalda al mar
Esperando que el continente
En el que te transformaste
Encuentre pronto un contenido
Que te rebalse y te desborde,
Hasta que te pierdas
En cualquier lugar

sábado, junio 25

¡Ah!

No ayuda mucho prender la tele y que esté sonando "The end" de The Doors, no ayuda mucho que haga tanto frío. No ayuda mucho escribir y codificar el pensamiento: no ayuda cerrarlo. Ni nada ayuda mucho, la verdad, cuando ya todo te aburre y las cosas pierden sentido y se desvanecen y te conviertes en una máquina que encuentra todo mal, que multiplica la paja a partir de todo, porque todo sirve para levantar el hastío. No ayuda tener veintiuno y sentirse fuera de centro (suponiendo que existe uno): ¡¡no ayuda salirse de madre, ni salirse de la madre!!, pues se te muere el mundo "como un niño en la noche".
Y no tienes conciencia para crear uno nuevo, porque la has perdido intentando hacer que las cosas mejoren, tirando combos en una pelea de ciegos, tapándote bien hasta convertirte en algo muy pequeño, en algo que, de seguro, ya fue escrito en una larga conversación de messenger.

Que siempre termina igual.

miércoles, febrero 2

Tener las axilas irritables y convivir con la publicidad de Axe

Antes de tender, se “pretende”, y antes de escribir, se anuncia, de la manera que sea, sobre qué se escribirá (al menos así era en mis tiempos). Apegados a la tradición, diremos que hablaremos del viento. Pero de uno incompleto, es decir, sin ropa que secar ni hojas en los árboles que agitar. Por ende, es, además, un viento que está en una búsqueda, esta es, constituirse, íntegramente, como un predicado. Pedimos disculpar la gran cantidad de comas que, cuales baches en el camino, entorpecen la lectura, entendida, en estos términos, como un viaje. Luego, tenemos nuestras dos palabras clave, (key words, en cursi): viento y viaje. Las dos con uve, una de ellas no anunciada en la parte de las aseveraciones metadiscursivas explícitas. El viento sigue su curso, el mismo de los pensamientos codificados en teclas de un computador. “El sartén” y no “la sartén”. No halla ni hojas ni ropa, y no sucede, porque no hay detergente para lavar, ni plata para comprar uno. Y no se encuentra con las hojas porque es otoño, digamos, y están todas en el suelo, fuera del alcance del viento que, como todos sabemos, tiene un área (nos resistimos a la cacofonía) de acción que está cinco centímetros por sobre el nivel de las hojas en el suelo. Viento y viaje: “el viento sigue su curso”, usted cacha. Ya, pongámosle que el tío del kiosco nos fía un detergente y que las hojas, juguetonas, regresan a los árboles, porque son hojas entregadas a la lujuria y los árboles huelen a Axe que es irresistible y da seguridad, pues te protege, aunque no como el condón ni como la pastilla antinmaculadaconcepción. ¿Qué hace el viento? Se bacaniza y seca la ropa y agita las hojas que a esa altura ya tienen a los pobres árboles sin savia. El viaje se vuelve placentero, como ir en un bus semi-cama echaito patrás. Hasta que el tío del kiosco empieza a exigir que pague el fiado poh, vecina, no ve que este es mi trabajo y está todo tan caro y no sé qué y qué se yo. Y el efecto Axe es efímero, como el arrepentimiento, y no disimula el olor a transpiración, sobre todo, después de una maratón sexual “hojas vs. troncos” hiperclorofílica y versde, por lo tanto, las hojas nuevamente caen al suelo, y lo hacen lento.
En resumen, no hay un principio ni un fin, sino un proceso que se repite endless, in the same way every time. Un proceso marcado por la presencia/ausencia del prefijo “-in”.

miércoles, enero 5

Escribir algo

Parar.
Si insisten, hacerse a un lado, dejarlos pasar.
Si insisten, tendremos que escribirles una carta en un idioma que no puedan leer, para que se vean obligados a consultar un diccionario que les revele toda la verdad.


Pero, si insisten, asaltarlos por sorpresa, hurto con intimidación e intimidad

robo de palabras y de respuestas



En todos los casos, PARAR.

sábado, agosto 14

Oblicuo

Me paso yo mismo en medio de tantas cosas posibles de pasar por encima.
Me paso y me arranco, pierdo las huellas, soy yo quien las borra rabioso.
Me hago nómade sin tener la voluntad para viajar: me obligo y me empujo.
Tengo un problema grave con los tiempos y con el tiempo, un serio problema contigo, Cristian.
Tú y tu pidulle.

(...)

lo resbalosas que se me han vuelto las manos cuando quiero asirme a un suelo, lo hercúleas cuando me agarran de los hombros y me arrebatan de ti muchos y ninguno... y me arrebatan.
No quiero desterritorializarme en cada amago de trascendencia (que eso es en lo que se ha convertido todo últimamente, puro amago).

viernes, marzo 12

Boxer Americanino

Me siento tan pequeño en esta casa con estas personas y estos sillones que apenas soportan mis veinte años. Me divorcio de cualquier tipo de arrogancia para decir que me siento tan pequeño en esta casa que no descarto la idea de cortarme las piernas o comprarme una cabeza portátil. Hasta las fuerzas me fallan cuando se trata de luchar contra la comodidad de la no lucha y de un suácate me veo leyendo las grietas del techo, trazando líneas que tímidamente se acercan a un rostro malogrado aun cuando me enseñaste que para darle forma a las nubes se necesitan, siempre, dos personas.
Pensándolo bien descarto la idea de la amputación, considerando que muchas veces me dan unas ganas cuáticas de correr y olvidar la ruta de regreso y que alguien pueda necesitarme: tonterías, muchos han desaparecido sin avisar y la lista es lo bastante generosa como para aceptarme con una carita :).
Mientras, te puedo dar un minuto más de sueño; la alarma suena a las 07:01 por si no lo habías notado.

jueves, febrero 25

Chusto

tengo susto
de convertirme
en un lector de noticias
y dar el número de muertos
como quien refiere
un mal partido de fútbol

susto de ser un médico
dueño de barajas fatalistas
hijas de puta
y de un cincel
explorador de nuevas formas
del silencio

tengo miedo de tener miedo,
de volverme finito
en cuatro paredes
mientras busco a tientas
una pena reprimida
en los talones.

sábado, enero 30

Shoot me

algunos poetas son cuáticos
son terribles de cuáticos así

se van en la media volá
con trozos de piel arman cuadros enmarañados
que no dicen nada; ¡no dicen nada!
y muere la intención primera
al revestirlo todo con palabras raras
frases de sintaxis alterada
volteretas lingüísticas

(puta)

tenimos que puro saer hacerla,
aunque si ahorita prendieran la luz, no sé cómo volaría.

jueves, diciembre 31

Mutis o El perro ya no mea el árbol

A Francisca
allá viene uno
allá otro y allá otro
y ya son muchos y suman y suman rabia,

que no te adormezca el grito
que pronto tú serás el grito encubierto de la vida después de la muerte
vida-muerte: resignificar el mito
y quemarse las cuatro patas en cenizas
que siempre fueron pura ilusión,
cenizas que dieron forma al juego del tira-y-afloja,
al vaivén rítmico de sonrisa pueril muchas veces
de sonrisa pueril equivocadas veces también

al miedo
y al dominio
y al miedo y al dominio también

los pedales que hicieron de ese fuego eterno
un limpiar de vidrios para borrar las huellas
del delito que no se consumó
porque se ahogó en ese cuerpo y en ese puño que no sabía de odio ni de sangre
ese mismo puño que ahora huye cansado y aturdido

(alguien entra en escena,
dos más dos son cuatro,
no corras, que el movimiento se ha vuelto inverso
y hoy ya nadie puede distinguirte: tu mano cae)

lunes, diciembre 21

Para que el presente se haga angosto y quepa en mi mano

y aquí persisten las cosas con sus resabios tristes,
las cosas ajenas a los entresijos de los cuerpos
a los pliegues de nuestras penas vacías

(afuera)

hacer una lista de supermercado y
hacer una lista de defectos:
darle un nombre a la enfermedad
para anticiparse al desmoronamiento


mientras las cosas persistan en su vacío que todo lo llena
mientras no nombremos a la enfermedad
¡no podremos comer en paz en esta mesa!
ni alcanzar la punta del árbol para colocar la estrella
(aunque yo siempre pueda escalar
y guiñarte el ojo desde arriba, no me creas esta noche)

lunes, diciembre 14

Emancipación médica

estoy afuera
estoy afuera, yo
estoy afuera yo ahora

afuera y sin ti

se está bien afuera, ahora
se está bien afuera ahora sin ti

(pretender mentir)
no se le puede mentir al papel
cuando nos esquiva la sombra de un árbol
y se nos derrite un hielo en el cráneo
frío acá arriba
frío acá arriba ahora
frío acá arriba ahora y sin mí.

viernes, octubre 30

Moonwalker

La historia de los cuerpos
tiene su implicancia
en el camino ascendente de la raíz

(luego)

, ya no quieres tener tetas
ni derramar la leche. Las venas se han llenado de agua
y hoy día tú y yo hemos hecho el amor lapidario, negro, vacío.


Ese día, tú y yo, sólo quisimos convencernos
de la continuidad de los cuerpos a la vuelta de la esquina
cuando caminar nos queda muy lejos.

jueves, octubre 15

María

es semilla decreciendo.
es cuerpo expandiendo su pequeñez,
confundiendo los muebles café con espigas de otoño.



es el viento que mueve las sábanas.




eres tú cerrando los ojos: somos nosotros dejando de ser hijos, padres y hermanos.




ven y consume la circularidad de las habitaciones.

viernes, octubre 9

Sácame los ojos de encima

Tendrías que ser la señora que va al lado para saber que en mi hombro sí puedes apoyar la cabeza cuando te quedes dormida.
Un viaje de 3 horas tendrías que ser para darte cuenta que también los dibujos en el vidrio me quedan bien, que sé cómo hablar del clima y cómo convidarte una galleta sin que sientas que he notado, una vez más, que no has comido una desde hace seis viajes.
Quizás, luego del peaje, preguntes mi nombre y quiénes son mis padres.
Querrás saber, seguramente, por qué viajo siempre a la ventana, qué estudio y por quién votaré el día de la elección.
No entenderás por qué me bajo antes que el resto y creerás que arranco, que dijiste algo que me incomodó y que la cagaste, pero no.
Yo sólo quiero que sepas que suelo mentir los viernes por la noche y que si mientras dormías con tu cabeza clavada en mi hombro y te tomé la mano, fue porque lograste desviar las líneas de mi dibujo y convertirlas en una palabra que ya no tiene sentido... para mí.

jueves, septiembre 17

Luna (o Seis primeros meses)

el sol es un ruido en el cielo
que suena como envoltorio de galletas
y que huele a mierda de gallina pegada en el palo
es un rostro que mira con un ojo abierto
y el otro cerrado: es la cara de los enfermos

se vincula con el trote intermitente de los árboles,
con el bostezar nervioso de las nubes que se cruzan,
que se aparean también

el sol es una mentira de mediodía,
la espera de espalda de los viejos de carretera.