jueves, septiembre 17

Luna (o Seis primeros meses)

el sol es un ruido en el cielo
que suena como envoltorio de galletas
y que huele a mierda de gallina pegada en el palo
es un rostro que mira con un ojo abierto
y el otro cerrado: es la cara de los enfermos

se vincula con el trote intermitente de los árboles,
con el bostezar nervioso de las nubes que se cruzan,
que se aparean también

el sol es una mentira de mediodía,
la espera de espalda de los viejos de carretera.
la sombra de un extraño se me acercó
ladeunaextrañaquisedecir
la sombra de ambos quizás
me tomó el brazo y me tapó los ojos
me tomó la mano y me llevó a caminar novecientos días
como una gasa que se remueve de una herida infesta
se prolongó hacia mí sobre mí

las ramas crispadas de un árbol enfermo
el viento atolondrado
un asiento verde, nos detuvo...

inventé un paisaje
una melodía
para no perderte dos veces.

Todo el día tendido

Permíteme hacerte una marca
doblarte una página para no perderte
que yo no quiero quedar fuera
de tus párrafos atiborrados de dolor
yo no quiero dejar de oír
el ruido de tu pestañeo a medianoche,
el estruendo de tu respiración
cuando dices basta.

Yo no quiero inventarte en sueños
vivir del recuerdo
leer tu nombre
porque tengo miedo, frío y hambre.

Avísame, yo te acompaño, verás
no es difícil, sólo hay que correr un poco,
algunos días, vivir bajo el mar un par de años,
querer: en la cueca de las voluntades,
los impulsos zapatean bravo.


Al.



La relación del uno con el otro es especulativa

la mano actúa como agente edulcorante del pacto por omisión,
ahoga los puñetazos: la gente quiere hablar
para dar mil razones
latas justificaciones
que la vida me da cosquillas,
que quiero estar mal, porque estoy aburrido huevón
y yo me podría quedar,
me podría quedar y no estar,
no estar y mentir,
hacerte reír de aquí al infinito.